La Marioneta - Episodio 4
by Hannah Fornero
¡Papá? ¿Eres tú?
Una diminuta lágrima se escapa del ojo de aquella marioneta.
Todo el miedo que embargaba a Catherine se esfuma por completo.
¡Papá! ¡Eres tú!
¡Oh, Dios mío! No lo puedo creer.
¿Qué te pasó?
Hay tantas cosas que quiero preguntarte.
Pero tardaríamos toda una eternidad si nos ponemos a hablar utilizando este libro…
La marioneta parpadea para secarse las lágrimas.
¡Eso es!
Puedo hacerte preguntas. ¿Qué tal si parpadeas una vez para decir "sí" y dos para "no"?
La marioneta asiente parpadeando una vez.
Bien… mmm... Qué quiero preguntarte primero...
¿Cómo sucedió esto?
La marioneta clava sus inexpresivos ojos en Catherine.
¡Ah!, lo entiendo, perdón. Es cierto. Solo puedo hacer preguntas de sí o no.
Bien, déjame pensar.
¡Por Dios!, jaja, esto es una locura.
Bueno… ¿Estás bien? ¿Te duele algo?
Dos parpadeos, no.
¡Qué bien!
¿Todavía sigues… vivo? Es decir, obviamente no vivo, pero, ¿sigues... aquí... de alguna extraña manera?
La marioneta parpadea una vez.
Eso despierta en Catherine una amalgama de sentimientos de alivio y confusión.
¿No moriste en el accidente?
Dos parpadeos.
Pero toda la gente del pueblo miró tu coche.
Fue... algo horrible.
Y todos fuimos al funeral.
Catherine siente que la cabeza le da vueltas mientras un torrente de preguntas cruza por su mente.
Se sienta sobre la cama para tranquilizarse.
¿Tuviste algún otro de accidente?
Dos parpadeos.
¿Alguien... te hizo esto?
Un parpadeo.
La lágrimas se agolpan en los ojos de Catherine.
No comprendo.
¿Cómo podría alguien convertir a una persona en marioneta?
¿Y qué razón tendría para hacerlo?
Todos en el pueblo te aman.
De nuevo la marioneta le dirige a Catherine una inexpresiva mirada.
Correcto… Quizás lo mejor sea que aproveche el tiempo que tenemos para hacerte más preguntas. ¿Tal vez sobre lo que pasó?
La marioneta parpadea una vez.
Mmm... entonces, ¿fue...? ¿Fue alguien del pueblo? ¿Un desconocido?
Dos parpadeos.
¡¿Qué?! ¿Fue alguien que tú conocías?
Un parpadeo.
¿Quién fue?
¿Fue alguien que yo conozco?
Un eco de pesados pasos se escucha por toda la casa.
Instantes después, Catherine escucha como del otro lado la puerta su tía y su madre tratan de recobrar el aliento.
Consiente de que en el interior de la marioneta se encuentra atrapado su padre, Catherine le susurra con miedo.
Mamá y tía Agnes están aquí.
Ellas piensan que eres peligroso.
Pero esto es un alivio. Ahora podré decirles que no te hagan daño.
¡Mamá estará muy contenta al saber que sigues vivo!
La marioneta parpadea frenéticamente.
¿Qué pasa?
¿No quieres que te vean?
Dos parpadeos.
Pero…
Catherine siente que le falta el aire.
¿Le tienes miedo a la tía Agnes?
Un parpadeo.
Catherine se levanta de la cama y exclama:
¡Lo sabía!
¡Siempre me pareció que había algo raro en ella!
Todas esos adornos que lleva encima…
Y ustedes dos nunca se llevaron bien.
Ella siempre se ha quejando de los hombres de esta familia, y yo pensaba que era porque estaba amargada…
Pero nunca pensé que de verdad fuera capaz de hacerle daño a alguien.
La marioneta parpadea frenéticamente otra vez, pero Catherine se distrae cuando comienzan a llamar a la puerta.
Catherine, te doy una última oportunidad para que abras esta puerta antes de que la derribemos.
¡Oh, por Dios!
No puedo dejar que te lastime otra vez.
Y de inmediato, Catherine toma a la marioneta y escapa por la ventana de su habitación.
Mientras Catherine se oculta entre los arbustos que están afuera, escucha un fuerte estrépito.
Su madre y Anges acaban de derribar la puerta.
Catherine se queda tan quieta mientras escucha lo que ellas dicen:
¡No hay nadie en la habitación!
¿A dónde se fue?
Debe haberse escapado con la marioneta.
¿Cómo dejaste que esto pasara, Marie?
Ahora corremos en un gran riesgo.
Todavía podemos remediarlo.
No hay manera de que ella se haya dado cuenta de que se trata de su padre. Él muró hace varios años.
No seas tan ingenua. Suponiendo que no se haya dado cuenta todavía, ella escapó con la marioneta.
Podrían encontrar una manera de comunicarse y entonces nada evitará que ella lo sepa.
No sabemos qué clase de mentiras le dirá él.
No nos preocupemos por eso ahora.
Marie, no entiendo cómo pudo pasar esto. Seguro cometiste un error.
Él no debería ser capaz de moverse.
Si yo cometí un error, entonces es tu culpa también.
Tú fuiste quien me enseñó.
¡Ay, míranos! Todavía seguimos peleando por culpa de él.
Nunca debiste haberte casado con ese hombre tan despreciable.
Siempre fue demasiado inquisitivo por naturaleza.
No podría estar más de acuerdo contigo.
Tal parece que Catherine heredó algo de su naturaleza inquisitiva.
Yo también lo creo. Pero ya es momento de que ella comience a aprender. Ahora tiene la edad suficiente.
Lo sé. Solo quiero asegurarme de enseñarle correctamente.
Tú sabes que tiene un gran potencial.
Es muy inteligente y piensa con rapidez.
Ella podría hacer grandes cosas.
Muy inteligente, sin duda.
Tan inteligente que ella misma ya sospecha que es una bruja, ¿puedes creerlo?
Catherine se inclina hacia la ventana para poder escuchar mejor.
El peso de su cuerpo hace que se rompa una delgada rama que estaba pisando.
¡Hay alguien afuera de la ventana!
La madre y la tía corren hacia la ventanna solo para ver a Catherine escapando a toda velocidad en dirección al bosque y con la marioneta en una mano.
¡Detenla!
Qué bueno que tengo uno de estos aquí…
La madre de Catherine se desliza hasta la esquina de la habitación y levanta una tabla del piso que está suelta.
Saca un viejo y polvoriento libro con desgastadas páginas y lo abre en la sección marcada por un separador.
Esto debería funcionar.
La madre regresa a la ventana y lanza hacia Catherine un conjuro que se escucha por todo el jardín.
La piernas de Catherine quedan inmediatamente paralizadas sobre el suelo.
Pero la inercia de su carrera la hace caer de bruces sobre la tierra.
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