Malteada - Episodio 1
by Kayla Parent
¡Levántate y brilla, zorra!
Gané la apuesta de ayer, así que ahora tienes que hacer el desafío.
Nos vemos en la sala de espera del campus en 20 minutos, ok?
Uf, hoy no, Mags-
Tengo una prueba de matemáticas en una hora.
Las reglas son las reglas…
Y siempre decimos que el ganador puede pedir que se haga el desafío cuando quiera.
Solo ESPERA hasta que escuches lo que se me ocurrió esta vez 😈
Si me haces mostrarle el trasero al conserje de nuevo, voy a asesinarte 🔪 😡
😂 😂
Por favor amiga, eso fue un juego de niños.
Esto es MUCHO mejor que eso.
Gruño ruidosamente mientras leo sus palabras.
Nuestro pequeño juego ha estado ocurriendo desde el primer año...
Y ambas somos demasiado competitivas para nuestro propio bien.
Es por eso que, 20 minutos después, estoy en la sala de espera del campus lista para mi desafío.
La agarre del brazo, hablándole con urgencia.
Vamos a hacer esto rápido.
No estaba bromeando acerca de esa prueba.
Es un placer.
Ella sonríe maliciosamente y empuja algo frío en mi mano.
¿Un malteada?
De chocolate, tu favorita.
Supuse que querrías beberla después.
… ¿Después de qué?
Ella apunta hacia el otro lado de la sala de espera.
¿Ves al equipo de béisbol allí?
¿Sentados alrededor de la gran mesa circular?
Uh… sí, es difícil no verlos.
¡Bueno, en un segundo, tú también lo serás!
Ella sonríe alegremente.
Quiero que tomes esa malteada…
Te pares encima de su mesa…
Y cantes la canción de la malteada.
Estoy en silencio mientras sus palabras penetran en mi cerebro.
Entonces mi rostro estalla acalorado.
¡ABSOLUTAMENTE NO!
¡Por al menos 10 segundos!
¡¿Lo dices en serio?!
Muy en serio.
Y estaría muy decepcionada si no lo haces.
Tú no te has echado para atrás en un desafío desde hace años.
Maldita sea, ella tiene razón.
Odiaría perder mi racha por unos míseros 10 segundos.
Miro fijamente a los ojos a mi mejor amiga.
Te odio.
Maggie se ríe y me lanza besos sobre el frío regalo en mi mano.
No puedo evitar devolverle la sonrisa.
¿Lo ves? Tú nunca podrías odiarme.
¡Buena suerte!
Entonces ella me empuja en la dirección del equipo.
Mi pulso ya está acelerado…
Esto va a ser humillante.
Trato de darme ánimos a mí misma.
En el mejor de los casos, se van a reír de mí.
En el peor de los casos, me van a mirar como si estuviera loca.
A medida que me aproximo a su mesa, no puedo evitar pensar que ESTOY loca.
Atletas fuertes y atractivos, todos calientes como el pecado, sentados frente a mí.
Unos pocos voltean a verme, perplejos.
Sin duda están preguntándose qué es lo que estoy haciendo de pie aquí.
Bueno, están a punto de enterarse...
Rápidamente, me subo sobre la mesa.
Puedo sentir su desconcierto.
No pierdo el tiempo.
Sosteniendo en alto mi bebida, yo canto.
¡MIIII MALTEADA TRAE A TODOS LOS CHICOS AL PATIO!
¡Y ELLOS DICEN, ES MEJOR QUE LA TUYA!
Intento un giro sexy de cadera.
Escucho risas.
Algunas sillas son arrastradas hacia atrás, pero yo continúo.
¡La la-la la la!
¡CALIÉNTALA!
Hay aplausos ahora.
Escucho aullidos y gritos.
Agito la malteada, preparándome para mi final...
Pero se me escapa de la mano.
¡UPS!
Doy un grito ahogado y me volteo.
Me encuentro con un par de ojos azules sorprendidos.
El resto de su rostro está cubierto de malteada.
NO.
Por favor Dios, no.
Ethan Frost.
El chico que he estado comiéndome con los ojos en el campus por años.
Él lame sus labios cubiertos de chocolate y se levanta de la mesa.
Me bajo de la mesa de un salto y le sigo.
Lo siento MUCHO.
Está bien.
No, realmente no lo está.
Me apresuro para seguirle el paso a sus largas zancadas.
Eso sucedió porque hice una apuesta con una amiga-
Perdí.
Y mi desafío fue hacer ese baile allá.
Me metí tanto en lo que hacía que dejé ir la malteada.
Ethan continúa caminando.
Bueno, obviamente tú ya sabes eso.
Finalmente, él se gira para enfrentarme.
¿Qué estás haciendo aquí adentro?
Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que le seguí al interior del baño de caballeros.
Ups, ni siquiera me di cuenta.
Pero ya que estoy aquí…
Agarro un puñado de toallas de papel.
Aquí están. Déjame ayudarte al menos.
Él levanta una ceja y me ve intentar limpiar su uniforme.
Espero no haberlo arruinado.
Mi corazón está acelerado.
He esperado que Ethan se fije en mí por mucho tiempo.
Me inclino para quitar la malteada de sus pantalones...
Y termino limpiando sobre su entrepierna.
¡UPS!
Lo siento.
Grito dentro de mi cabeza.
Ese fue tu tercer “ups” del día.
Lo sé.
Y créeme cuando te digo que estoy mortificada.
He estado deseando conocerte desde hace mucho tiempo-
Me doy cuenta de lo que estaba a punto de decir y cierro la boca.
¿Qué dijiste?
Nada.
Quise decir, que te admiro.
Me refiero a tu trabajo en el campo de juego.
Estas buenísimo.
OH DIOS MIO.
Quiero decir, que tu picheo está buenísimo.
No tu cuerpo.
Digo, tu cuerpo está buenísimo también.
Pierdo el hilo…
Ups.
Sus ojos están brillando de la risa mientras me mira.
Bueno, me voy a ir ahora a gritar en mi almohada.
Por favor, siéntete en libertad de enviarme la factura de la lavandería.
Vivo en el 122 de Briar Lane.
Retrocedo lentamente.
Él no dice nada.
Solo me observa.
Adiós, Ethan Frost.
Entonces abro la puerta y corro por mi vida.
Más tarde esa noche, Maggie chilla tan pronto entra en mi apartamento.
ESO. FUE. ÉPICO.
Una de mis mejores ideas hasta ahora.
¡¿Estás bromeando?!
¡Eso fue una pesadilla!
¡He estado enamorada de Ethan desde SIEMPRE!
Pero deberías haber visto su cara cuando estabas bailando.
Él no podía quitarte los ojos de encima.
Incluso si eso es cierto…
Lo arruiné todo con mi vómito verbal.
Nunca voy a ser capaz de enfrentarlo nuevamente.
Repentinamente, Maggie ve algo detrás de mí.
Los ojos se le salen de las órbitas.
Ella corre hasta la ventana y una amplia sonrisa se extiende por su rostro.
Ohhhhh Penny, hay un chico en tu patio.
¡¿Qué?!
La empujo a un lado para poder ver.
Mi-er-da.
Ethan está aquí.
En mi patio.
Sosteniendo dos malteadas.
¡Y me está sonriendo!
Maggie se voltea a verme con una sonrisa satisfecha.
¿Qué estabas diciendo?
Maggie…
Comienzo a avanzar hacia la puerta.
El desafío de hoy fue tu mejor idea hasta ahora.
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