La Chismosa - Episodio 4
by Elle Jordan
Ahora si estoy EXTREMADAMENTE enojado, Beth. ¡Mira lo que me hiciste hacer!
Aunque tengo que admitir que la simetría de la sangre en sus dos manos se ve bien.
Eres asqueroso.
Por favor, por favor envuélveselas.
Haré lo que quieras.
Pero eso ya lo dijiste, Beth…
Y no creo poder creerte.
Beth empieza a escribir su respuesta, pero se detiene abruptamente cuando Roy grita, apuntando a su pantalla.
¡Espera! Abre esa foto otra vez.
¿En serio? ¿No fue lo suficientemente asquerosa la primera vez?
Si, pero creo que vi algo.
Beth regresa a la conversación y da click en la imagen que le envió el secuestrador.
¿Ves eso?
¿En la esquina de la pantalla?
La voz de Roy titubea al apuntar a la pantalla, y claro,
Beth reconoce la pata de un gato en la esquina inferior izquierda.
Ella reconocería ese gato en cualquier lado --
Porque uno de sus mejores amigos está obsesionado con él.
En su shock, su voz sale chillona.
¡¿Qué diablos?!
¡Es el gato de Rhodes!
¡Ya sé! Tenemos que ir a su casa.
Vive al otro lado de la ciudad, pero tengo dos bicis en mi cochera.
Gracias a dios -- podemos ir ahí en ellas.
Beth y Roy corren a la cochera y brincan a las bicis.
Una vez que van pedaleando lo más rápido que pueden,
Roy le dice a Beth.
¿Cómo no lo vi venir?
El otro día, me preguntó si quería ayudarle a hacerte una broma.
Dijo que estaba enojado contigo por decirle a Katie Zimiguccci que le gustaba.
Y pensó que quizá yo estaría molesto contigo por contar algunos de mis secretos también.
¡Ay! ¿Por qué no dijiste nada?
Porque en serio no me llamó la atención.
Siempre nos hacemos bromas inofensivas uno al otro.
Bueno, esto definitivamente no es una broma inofensiva.
Lo sé. Todavía no puedo creer que haya cortado las manos de Carter.
Carter podría estar mal. Es peligroso sangrar así.
¿Sabes qué? Esto es muy serio.
Haré lo que debí haber hecho desde el principio --
Hablaré a la policía.
Marca el 911 y reporta los crímenes, dando el nombre y dirección de Rhodes.
Cuando cuelga, le dice a Roy lo que la policía dijo.
Enviarán cuatro patrullas a su casa, pero de todos modos me quiero apurar.
Necesito estar segura que mi hermana está a salvo.
Lo entiendo. Gracias a dios ya casi llegamos.
Llegan a la casa de Rhodes al mismo tiempo que las cuatro patrullas con sus sirenas retumbando y sus luces intermitentes.
Beth y Roy ven a la policía salir corriendo de las patrullas, y expandirse por todas las entradas de la casa.
Una vez que todas las salidas están aseguradas, una mujer policía toca la puerta.
¡Policía! ¡Abran!
Beth pude oír su propia respiración, jadeando junto a la de Roy.
Por un momento el tiempo parece detenerse.
Finalmente, la puerta se abre con un chirrido, y Rhodes está ahí, parado.
Su rostro empalidece cuando los ve a todos.
Rhodes Adams, tenemos razones para creer que tiene a dos personas secuestradas en su casa.
Pero yo…
Hijo, podemos hacer esto de forma fácil o difícil.
La fácil es, nos dejas entrar y salvamos a esos inocentes.
Si eliges la difícil, te estarás enfrentando a un cargo de obstrucción de justicia...
Además de todos los otros cargos.
Así que, hijo, ¿qué decides?
Todavía aturdido, Rhodes guarda silencio.
Sólo da un paso atrás y se hace aun lado.
La mujer policía asiente bruscamente, y su equipo corre tras de ella.
Beth se lanza también, pero un policía que estaba cerca la detiene, advirtiéndole con grave voz.
Créeme, no quieres ver esto, jovencita.
¡Pero mi hermana!
¡Mi hermana está ahí!
Entonces de VERDAD no quieres verlo.
La policía baja corriendo al sótano.
Encuentran a los dos, atados a una silla.
La sangre de las manos de Carter cae en el piso de madera, y los ojos de Cindy están hinchados de llorar. La policía los desata, y Carter se levanta con las piernas temblando.
Cuando Cindy no se mueve, la policía le habla con voz tranquilizadora.
Señorita, ¿puede caminar?
N-no…
He… He estado aquí abajo por horas.
No puedo mover mis piernas.
¿Te lastimó?
N-no me tocó. No después de atarme a la silla.
Pero Carter… ¡Ay dios! Carter, ¡tus manos!
Está bien, Cindy. Me duelen muchísimo, pero sanarán.
Sanaremos. Lo superaremos.
Señorita, ¿está bien si la cargo?
Su hermana está afuera, y creo que se pondrá muy feliz de verla con vida.
¿Beth…? ¿Beth está aquí?
Si señorita.
Si Beth está aquí, quiero que me vea salir caminando.
Puedo hacerlo. Por ella.
Y con un repentino arrebato de motivación, Cindy se levanta.
Carter la anima, y el grupo sube por las escaleras del sótano y cruzan la puerta.
Esta vez, cuando Beth sale corriendo al ver a su hermanita, nadie la detiene.
Se abrazan sin soltarse.
Roy palmea a Carter en la espalda, pero antes de poder decirle lo contento que está de verlo, un médico los interrumpe.
Sé que están contentos de ver a sus amigos y familia,
pero necesitamos llevarlos al hospital para una evaluación.
Inmediatamente.
Beth se separa de su hermana, volteando hacia el médico y le pregunta,
¿Puedo ir en la ambulancia con mi hermana -- y mi amigo?
Claro. Y también hay espacio para usted, joven.
Gracias a dios. De verdad que no quiero dejar a mis amigos en este momento.
El médico hace una rápida evaluación de los dos pacientes y anuncia que no hay ninguna herida que amenace su vida.
Beth suspira, haciendo una sugerencia mientras se sube a la ambulancia tras Cindy y Carter.
¿Chicos?
No le digamos nunca nada a nadie de la escuela sobre esto.
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